
Soñé la muerte, y era muy sencillo:
una hebra de seda me envolvía y a cada beso tuyo
con una vuelta menos me ceñía.
Y cada beso era un día
y el tiempo que mediaba entre dos besos,
una noche.
Poco a poco fue desenvolviéndose
la hebra fatal:
yo ya no la sostenía
sino por sólo un cabo entre mis dedos...
... cuando de pronto
te pusiste fría
y ya no me besaste...
... y solté el cabo...
... y se me fué la vida.
Leopoldo lugones
1 comentario:
AMIGA, ME ENCANTA ESTE ESPACIO TUYO... COMO SIEMPRE ABRIENDO MI CABEZA CON ESTOS ESCRITOS TAN LINDOS Y PROFUNDOS...
GRACIAS, GRACIAS POR SIEMPRE LLENARME EL ALMA...
TE ADORO AMIGA
EXTRAÑO NUESTRAS CHARLAS DE DELIRIO.. DONDE ESPLAYABAMOS NUESTRAS IDEAS MAS INTRINSECAS.....
TE QUIERO MUCHIIISIMO
BESOTES
MAIA
Publicar un comentario