martes, 6 de noviembre de 2007



Soñé la muerte, y era muy sencillo:

una hebra de seda me envolvía y a cada beso tuyo

con una vuelta menos me ceñía.

Y cada beso era un día

y el tiempo que mediaba entre dos besos,

una noche.

Poco a poco fue desenvolviéndose

la hebra fatal:

yo ya no la sostenía

sino por sólo un cabo entre mis dedos...



... cuando de pronto

te pusiste fría

y ya no me besaste...


... y solté el cabo...

... y se me fué la vida.



Leopoldo lugones

1 comentario:

Anónimo dijo...

AMIGA, ME ENCANTA ESTE ESPACIO TUYO... COMO SIEMPRE ABRIENDO MI CABEZA CON ESTOS ESCRITOS TAN LINDOS Y PROFUNDOS...
GRACIAS, GRACIAS POR SIEMPRE LLENARME EL ALMA...
TE ADORO AMIGA

EXTRAÑO NUESTRAS CHARLAS DE DELIRIO.. DONDE ESPLAYABAMOS NUESTRAS IDEAS MAS INTRINSECAS.....

TE QUIERO MUCHIIISIMO

BESOTES

MAIA