viernes, 9 de noviembre de 2007

Me pareció que sería interesante comentar acerca de la vida de los autores que voy citando... como para tener también una reseña sobre ellos.

Son datos, interesantes quizás... su obra habla por ellos. De todas formas, aquí va.






LEÓN FELIPE (1884-1968)









León Felipe es el seudónimo que utilizaba, su nombre era Felipe Camino Galicia de la Rosa.

Nació en 1884, en Tabara, Zamora (España).

Estudió para ser farmacéutico, se recibió y ejerció la profesión un tiempo... pero renunció muy pronto a esa vida que él consideraba monótona y en cierto sentido privilegiada, para ejercer su libertad. Por lo que en su juventud recorrió España enrolado como actor de una compañía ambulante. Más tarde, fué apresado por desfalco y pasó tres años en la cárcel.


Se unió con una chica peruana, llamada Irene Lambarri y se radicó con ella en Barcelona, pero al poco tiempo, se separaron y León decidió ir a Madrid, probablemente con la idea de dedicarse por completo a la poesía. Allí vivió una vida totalmente sumergida en la pobreza.

Versos y oraciones de caminante es su primer libro de poemas (años después titularía un poema: Versos y blasfemias de caminante) que publicó en 1920. Pero siguiendo la premonición del título y de su auténtico apellido, tardó poco en iniciar sus caminos fuera de España: solicitó un empleo en los hospitales de Guinea y se embarcó para la isla de Elobey. Allí permaneció tres años para volver a España por poco tiempo y embarcarse hacia América (especificamente a México).

En México se dedicó a la enseñanza. Aquí conoció a Berta Gamboa (también profesora) con quién se casó.En esta época es cuando publicó el segundo tomo de sus Versos y oraciones del caminante, con el mismo estilo sencillo y severo del primero. El matrimonio se fué a vivir a Norteamérica, donde tradujo a Waldo Frank y a Walt Whitman y escribió un largo poema titulado Drop a star (1933).

Al estallar la guerra civil española en 1936 volvió a su tierra, totalmente identificado con el gobierno republicano y constitucional amenazado entonces por el levantamiento militar del general Franco. Su experiencia es desgarradora. En 1938 huye del bando nacional y se exilia definitivamente en México.De esta época son son los libros más proféticos y apasionados del autor: La insignia (1936), El payaso de las bofetadas (1938) y Pescador de caña (1938).

Afincado en México, escribió allí Español del éxodo y del llanto (1939), El gran responsable (1940), El poeta prometeico (1942), Ganarás la luz (1942), Parábola y poesía (1944), Llamadme publicano (1950), El ciervo (1954) y Oh este viejo y roto violín (1968). A su muerte, el gobierno mexicano erigió en su memoria un monumento en la capital azteca.

Muere en México en el año 1968.

Este poeta fué siempre fiel a su propia palabra: "El poeta habla desde el nivel exacto del hombre".

OBRAS DE LEON FELIPE:

Versos y oraciones de Caminante I (1919-20)

Versos y oraciones de Caminante II (1929)

Drop a Star (1933)

La insignia (1936)

El payaso de las bofetadas (1938)

Pescador de caña (1938)

El hacha (1939)

Español del éxodo y el llanto (1939)

El gran responsable (1940)

Ganarás la luz (1942)

España e hispanidad (1947)

Llamadme publicano (1950)

El ciervo (1954)

Oh, este viejo y roto violín (1968)

Antología Rota

Me ayudaron a realizar esta pequeña biografía las siguientes páginas y libros:

Biografía, poesía y destino

(El poeta prometeico - Ganarás la luz - 1942)

El poeta cuenta su vida primero a los hombres; después,

cuando los hombres se duermen, a los pájaros;

más tarde, cuando los pájaros se van, se la cuenta a los

árboles...

Luego pasa el Viento y hay un murmullo de frondas.

Todo lo cual se puede traducir también de esta manera:

Lo que cuento a los hombres está lleno de orgullo;

lo que cuento a los pájaros, de música;

lo que cuento a los árboles, de llanto.

Y todo es una canción compuesta para el Viento,

de la cual, después, este desmemoriado y único espectador

apenas podrá recordar unas palabras.

Pero estas palabras que recuerde son las que no olvidan

nunca las piedras.

Lo que cuenta el poeta a las piedras está lleno de eternidad.

Y ésta es la canción del Destino, que tampoco olvidan las

estrellas.

León Felipe

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